Allá, por Julio de 1997 mi corazón dejó de latir. Me abandonó ;y repentinamente. Al respecto, contó mi madre haberle pedido fervorosamente a quién yo tanto amaba y adoraba;la santa madre Teresa de Calcuta,que intercediera por mi vida ante el reino de los cielos; y los latidos regresaron a su dueño.
No quiero extenderme sobre el milagro vivido, pero sí, voy a comentar que cuando protagonizé aquel aciago episodio, ( no casualmente) estaba en plena tarea de componer una obra a mi sagrada ,sabia y piadosa samaritana: "Teresa de los pobres".
En aquel septiembre, cuando le daba la forma y terminación al estribillo de ésta ofrenda cantada, en ese soleado, pero triste día en que le comento a mis alumnos sobre la canción, y conviniendo en entregarselas para que la interpretasen; al regresar a casa recibo la funesta noticia sobre su deceso. La santa había elevado su alma al Señor, pero supe y sé que siempre estuvo y estará conmigo, como con sus
pobrecitos en el mundo.
Confiamos mi madre y yo en su santidad ,cuando ella físicamente entre nosotros existía.
Doy fé de lo que digo y canto.
Cálido amparo del ángel desnudo de amor;
Teresa madre.
Humana luz de piedad, frente al horror
del dolor y del hambre.
Sierva. Maestra del alma; obrera del bién,
verdad descalza,
pisando ésta mezquindad bárbara y cruel
que nos despedaza.
Lejos del claustro apacible, fué tu caridad
hacia la pobreza;
Madre llevando el fervor a tanta orfandad;
amada Teresa .
Con tu figura pequeña,enorme mujer,
asombras al mundo.
Hondo vigor de la fé, ante el padecer
del ser moribundo.
Teresa; universo de amor,
calor de los pobres, hogar, compasión...
Teresa; coraje, bondad,
dulce rebeldía, caricia de Dios.